Por: Gerardo Villarreal.
Por encima de un torneo oficial, la Copa Oro se ha convertido en un estorbo para la selección mexicana, que una vez cada cuatro años, se interpone con un torneo avalado por la FIFA en donde compiten las mejores selecciones del mundo.
Si te parece extraño deberías acostumbrarte, porque así es como funciona el futbol en nuestra zona, a diferencia de otras confederaciones en donde su torneo se lleva a cabo una vez cada periodo mundialista.
Mientras una selección mexicana compite en el torneo oficial, la otra selección mexicana juega el torneo que no tiene mayor relevancia futbolistica pero sí económica.
Lejos de mostrar un nivel futbolístico importante, el principal atractivo es el ingreso económico que deja la participación del Tri en la Copa Oro 2017, que si no cumple enfrentará una multa económica por parte de la CONCACAF – que pasa a segundo plano cuando piensas en todo el ingreso que llega por parte de los patrocinadores -.
México es local en dos países y al tener tantos paisanos viviendo en Estados Unidos, la oportunidad de vender y ganar en dólares no se puede desperdiciar, aunque en la publicidad promociones los partidos con “Chicharito” y Guardado pero salten a la cancha Elías Hernández y Hugo Ayala.
Este año no es la excepción, el combinado A ya jugó los partidos importantes en la Copa Confederaciones, – no es que estos no lo sean pero aceptémoslo, jugar contra El Salvador no es lo mismo que jugar contra Portugal – , y los que restan de julio son para pasar el rato.
Teniendo otra Copa Oro en el 2019 por ganar y así competir en un repechaje con el ganador de esta edición para poder ir a la Confederaciones 2021, la de este año pierde su importancia.
Bajo este mismo pensamiento, Estados Unidos y Costa Rica optaron por mandar una selección B para darle descanso a sus futbolistas más importantes que prefieren utilizar en partidos de mayor trascendencia como los de eliminatoria.
Para aquellos que gustan ver buen futbol, no pierdan su tiempo, hay mejores cosas que hacer este mes que ver a la selección; te invito a que lo inviertas en algo productivo porque si piensas que vas a saltar del sillón, gritar o preocuparte cuando los nuestros vayan perdiendo – así como yo lo hice con los partidos de junio – te equivocas y lo único que encontrarás es un distractor de dos horas que te acompañará mientras trabajas en otras cosas o disfrutas de una buena comida con los amigos porque esta selección mexicana ni entrenador tiene en la banca.
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