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La Liga: No todo lo que brilla es Oro

Ya son tres los partidos que se han disputado, por fin, de la jornada 28 de la liga española de fútbol. La vuelta, esperanzadora. La realidad, muy distinta. Y es que no hace falta ser un experto para darse cuenta que diversos son los factores que hacen que el estilo que caracteriza esta liga, y sobre todo el ritmo y la competitividad, ahora quedan muy lejos de aquel que se tuvo que dejar a la fuerza en marzo.

El ejemplo más claro de todo esto, el Betis. Sin duda alguna era uno de los dos equipos, junto a su eterno rival, que más se esperaba de él. Dos son los motivos que hacen que esto sea de esta manera. El primero; es el equipo verdiblanco quien abre paso a la vuelta del fútbol de la primera división tras el parón por coronavirus. La segunda razón; visita el Sánchez-Pizjuán. Un estadio con mucha historia a sus espaldas, pero que irrefutablemente cobra un “color especial” cuando sus vecinos béticos se desplazan hasta él. Así, todas las expectativas puestas desde antes del partido se marcharon de un plumazo al ver el nivel del equipo de Rubi, quien necesitaba la victoria de manera desesperada para no quedar contra las cuerdas, y que deja ver, paradójicamente, un nivel muy vergonzoso para un equipo del calibre de las filas lideradas por el carismático Joaquín. En el otro lado el Sevilla de Lopetegui también quedó lejos de su nivel habitual, pero sin duda dio la talla después de tres meses de inactividad.

Horas más tarde en Los Cármenes vuelve a rodar el balón. Esta vez iban a ser los locales, quién enfrentándose al equipo revelación de la temporada, intentaran conseguir los tres puntos para intentar asegurar la permanencia, y además soñar con un puesto en Europa. También había cierto nivel de esperanzas en este partido argumentado por el nivel que habían sostenido ambos conjuntos durante toda la temporada. Los de Diego Martínez ostentan, por ahora, un lugar muy deseable en la clasificación y lograron llegar a semifinales en Copa del Rey, cayendo en una ajustadísima eliminatoria contra los leones de San Mamés. Los azulones, en puesto Champions, y en una muy buena temporada en Europa llevaban el cartel de favoritos en la ciudad andaluza. Con dicho escenario, el partido comenzó con un Granada desaparecido y un Getafe que no terminaba de encontrarse pero que aun así conseguiría el 1-0 de las manos de Timor en el minuto 20. Un minuto que marcaría el declive de los de Bordalás. Ya en la segunda parte los nazaríes empezaron a encontrar garra exponencialmente, y el Getafe, impropio de él iba a cometer más y más desaciertos en defensa y pocas, o ninguna, ocasión en ataque. Fue Carlos Fernández quien se puso la capa de héroe y propició la remontada de los suyos.

De forma casi seguida, iba a ser el Valencia el que se diera de cruces con la realidad. De nuevo un derbi. Esta vez en tierras valencianas. Difícil era no superar el lamentable derbi sevillano del día anterior, pero no iba a ser este derbi quien lo hiciera. Por su parte, el equipo granota, que nunca ha ganado en Mestalla y que pocos apostaban por él en la previa, mantuvo un muy buen nivel desde el principio. Con ciertas imprecisiones tan serias como impropias, pero así consiguió aguantar el resultado hasta el minuto 89. La perseverancia y la actitud luchadora de Gaya, una genialidad de Chéryshev y el talento de Rodrigo pusieron el 1-0 en un Mestalla vacío. Siete minutos más tarde, Diakhaby iba a cometer un fallo inexplicable e ingente a partes iguales, iba a hacer que Alberola Rojas pitara un penalti que convertiría Melero para sentenciar el 1-1, afirmar el bajo nivel del Valencia, y sobre todo de un desacertado Parejo que no tiró del carro como lo hace habitualmente y además, lanzó por los suelos la posibilidad de que el equipo de la capital del Túria aprovechara el pinchazo del Getafe para intentar entrar en Champions.

Lógico era que los equipos volvieran a un nivel inferior del que nos tienen acostumbrados, claro estaba. Sin embargo, esto no puede suponer que los jugadores, en la gran mayoría de los que hemos visto hasta ahora, mantengan una actitud pasiva y vacía de ambición y competitividad. Si sumamos esto, a la falta de aficionados en los estadios, los encuentros quedan más cerca de un amistoso que de un partido liguero. Hoy son cuatro los choques que vamos a vivir, en los cuatro un equipo de la parte baja intentará conseguir los tres puntos para lograr la permanencia. Los aficionados todavía tienen esperanzas puestas en esta competición y hoy esperan seguir teniéndolas tras la jornada, que sin duda tiene examen en el día de hoy.

13/06/2020

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Written by Redaccion

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