Después de una destitución que trató de ser opacada por la flamante contratación de Zidane, Rafa Benítez se despidió del Club y de la afición con una carta.
Llegados a esta coyuntura, y en la hora del adiós a mi etapa como entrenador de la primera plantilla del Real Madrid, me gustaría que esta nota sirviese para despedirme de todos los estamentos del club de forma breve y concisa. Aunque se me agolpan sentimientos y vivencias, quiero que todos los que forman esa entidad, desde su junta directiva al último de sus aficionados, pasando por dirigentes, trabajadores, seguidores y simpatizantes, sepan que para mí ha sido un honor ocupar ese cargo en el club que me vio crecer como futbolista, como persona y como entrenador de las categorías inferiores hasta llegar al primer equipo. Como madridista, madrileño y deportista formado en los valores y prioridades de esta institución, que me enseñaron en la antigua Ciudad Deportiva de la Castellana, me he sentido honrado con la oportunidad que he tenido de trabajar por estos colores. Me gustaría dar las gracias de forma especial a todas esas personas que me han ayudado, desde el primer día que pisé la nueva ‘Ciudad Real Madrid’ o nuestro ‘Santiago Bernabéu’, a todos los que han hecho más fácil mi trabajo en estos meses, a cuantos han dado lo mejor de sí mismos para intentar acercarnos al objetivo común…, a los que, en resumen, me han prestado su apoyo en todo momento para hacer, paso a paso, ese camino que buscaba el éxito de la entidad por encima de todo y de cada uno de nosotros.
Dicho lo anterior, me gustaría desear todo tipo de suertes a Zinedine Zidane, mi sustituto, y a todo su equipo de trabajo, así como a todos y cada uno de los jugadores, técnicos y personal, aquellos que trabajan tanto en Valdebebas como en el ‘Bernabéu’ por el bien del Club. Su suerte será la de nuestro Real Madrid, al que deseo todo lo mejor.
Por eso, desde el respeto y el cariño, gracias y ¡¡¡Hala Madrid… Y NADA MÁS!!!.
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