Por: Manolo Vargas
Hasta hace poco tiempo pensaba que la única cosa que bajaba del cielo había sido la mano de Dios que había ayudado a Diego Armando Maradona ese histórico y polémico gol contra los ingleses en el mundial de México 1986.
Tiempo después descubrí que los argentinos podrían estar en el fin del mundo, a miles de kilómetros de lo que podría ser trascendental para la sociedad, pero que, sin embargo, siguen mostrando constantemente esas ayudas celestiales.
Se llevaron a cabo las votaciones para elegir presidente en la Asociación de Futbol Argentino después que hace un año falleciera Julio Grondona, personaje que estuvo durante el cargo durante 35 años. Él estuvo en la etapa donde Argentina tuvo altas futbolísticas pero bajas en situaciones administrativas, negocios con empresas de televisión que lo beneficiaban a él y a sus cercanos.
Fue tan trascendental en su mandato en la AFA, que se volvió muy reconocido en la FIFA, incluso llegó a ser vicepresidente desde 1988 siendo como un derecho para Joao Havelange y el mismo Joseph Blatter, ambos ex presidentes del máximo organismo del futbol mundial a quienes asesoró con aspectos de finanzas
Grondona, aquel que se veneraba así mismo con frases como “Llevo tanto tiempo en la AFA como el Papa en la Iglesia” (frase mencionada en 1998, haciendo mención a Juan Pablo ll elegido por los cardenales en 1978, un año antes que comenzara el mandato de Grondona), desconoció que un año más tarde iniciaría la esperanza para todos los que consideraban que el deporte más importante en la orbe, había caído tan bajo con escándalos derivados de fraudes para conseguir eventos, amaños de partidos y lavado de dinero, entre otras cosas.
El Fifagate, creado por la Justicia de los Estados Unidos se dedicó a llevar a todos los funcionarios del organismo del balompié mundial a un estrado, encontrando culpables a más una decena de integrantes de la CONMEBOL, misma a la que pertenece la AFA, entre los cuales pudo haber estado Grondona, pero no estuvo, se podría decir que la muerte lo salvó de encontrarlo culpable.
Tras 14 meses con un mandato interino, la AFA tenía elecciones para elegir un nuevo presidente. La disputa era entre Luis Segura actual presidente interino de la AFA y Marcelo Tinelli, vicepresidente del club San Lorenzo además de ser conductor televisivo.
Era una elección histórica para el pueblo argentino, una elección que estaba en manos de 75 asambleístas que tenían por derecho brindado, la oportunidad de elegir a un nuevo rector del futbol nacional.
Sin embargo, hay cosas que nunca cambian. En un hecho insólito la AFA encontró un EMPATE, mismo que se dio con un resultado de 38 votos por candidato. Las primeras especulaciones tras el insólito acontecimiento es que haya habido alguien que votó de más. Otros se mofaban de vergonzoso resultado diciendo que el voto 76 le pertenecía al mismo Grondona o al Papa Francisco.
Lo curioso es que horas antes de histórica e increíble elección, el Fifagate había encontrado 16 nuevos acusados en casos de corrupción, todos de Latinoamérica, ocho pertenecientes a la CONMEBOL, entre ellos el actual presidente de la confederación Juan Ángel Napout y dos argentinos ambos ex secretarios de la misma.
Eso no significó nada para la asociación argentina, que volvió a caer en el juego del delito, en aquel que se busca erradicar, porque desafortunadamente no sólo debe ser limpio el juego de la cancha sino también fuera de ella.
Ahora queda esperar nuevas elecciones, aunque muy parejas, debió salir un ganador, sin embargo ganó el fraude, ganó esa rabia, que ni con su perro muerto se ha acabado.
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