Después del oasis que representó la goleada frente al Deportivo la Coruña en la Liga, el Real Madrid confirmó que su crisis va más allá de la falta de gol. Lo que parecía ser el empuje anímico que necesitaban los de Zidane, resultó ser un triunfo circunstancial sin más consecuencias que unos análisis optimistas en la prensa y quizás una confirmación en la herida de Cristiano Ronaldo: el equipo que estaba destinado a marcar una época y dominar Europa es humano y también sangra.
Desde aquel empate contra el Valencia en la segunda jornada de la Liga, el Real Madrid comenzó un camino cuesta abajo, acumulando empates y una que otra derrota. En algún momento eso no parecía tan escandaloso, el problema vino después. Cuando las derrotas perdieron la sensación de anormalidad y los aficionados retomaron un ritual que habían dejado atrás: prender una veladora antes de cada partido.
Hasta ahora, lo que ha hecho Zidane ante lo que ya se puede catalogar como crisis es respaldar a sus jugadores, cosa que yo considero correcta y lógica. Sin embargo, el Madrid está a 19 puntos del Barcelona en la Liga, fuera de la Copa del Rey – eliminado en su casa por el Leganés – y a la vuelta de la esquina está el PSG de Neymar, Cavani y Mbappé. Esperar de ese enfrentamiento algo diferente haciendo lo mismo, parece hoy, una locura, quizás un suicidio.
El equipo no anda por diversas razones: la falta de gol es una de ellas y fue la primera en presentarse; la defensa es vulnerable ante cualquier equipo, jugadores que fueron la base para conseguir los títulos en las temporadas pasadas, están en un nivel bajo y los que salen de la banca ya no garantizan una revulsivo que empuje al equipo a ganar cuando el panorama se complica. Porque el Madrid nunca ganó caminando, las cosas se llegaron a complicar en varias ocasiones, pero se contaba con jugadores que entraban y te brindaban soluciones. Algunos de ellos ya no están y los que sí, ya no brindan soluciones.
La gestión de Zidane ha sido muy destacada, en parte, por la gran administración del plantel. En su momento, lo escribí y todavía se debe reconocer de esa forma. El problema es que cuando se presentan las circunstancias que han llevado a esta crisis, se piensa que es necesario un trabajo que trascienda una buena administración. Y con esto no me refiero a que corran a Zidane, sino que él mismo debe dejar esa actitud apacible y buscar las soluciones que necesita el equipo.
Ya escuché a gente decir que se necesita un cambio en el banquillo y que Cristiano Ronaldo se debe ir porque ya terminó su ciclo – sí, otra vez – en el Madrid. Ni siquiera ha pasado un año desde que este equipo levantó su segunda Champions consecutiva y ganó la Liga. Si no me equivoco, el portugués metió dos goles en aquella final frente a la Juventus y Zidane era un genio porque había decidido sacar a Bale y meter Isco. Sinceramente no creo que en este momento no sirvan para nada, tampoco si pierden contra el PSG.
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