El futbol está compuesto por historias que se van forjando conforme el tiempo. Depende de la misma historia para que nosotros decidamos mostrar empatía y embarcarnos junto con ella hacia ese destino que muchas veces suele ser utópico e intangible. En este caso, el destino resultó real, por más inverosímil que parezca en tiempos en los que la economía en el futbol ha segregado a los equipos chicos y medianos de los poderosos y omnipotentes.
El lema de la ciudad de Leicester es Semper eadem, que quiere decir: siempre igual. A partir de hoy, debido a la inconmensurable hazaña del equipo local, las cosas nunca serán igual en esa ciudad gris y descolorida, desacostumbrada a contar con un representante deportivo ganador e importante a nivel local y sobre todo mundial.
Porque este fenómeno ya nos compete a todos, creemos que formamos parte y nos pertenece, como si toda la vida hubiéramos apoyado a este equipo que hace un año desconocíamos y desestimábamos por su escaso protagonismo en la Premier League.
El mejor ejemplo en el que puedo pensar sobre la percepción selectiva en el futbol que ha analizado con anterioridad John Carlin es lo que pasó hace unas semanas cuando Vardy fue expulsado en un partido ante el West Ham tras simular una falta y recibir la segunda tarjeta amarilla que lo mandó a las regaderas antes de que concluyera el partido. A pesar de que la sanción era justa, el delantero estrella insultó al árbitro y por ello fueron dos partidos en vez de uno de sanción. Minutos después las redes sociales se llenaron de memes y juicios hacia el árbitro acusándolo de crueldad e injusto por la decisión que afectaba al equipo que en ese momento ya le pertenecía a la mayoría.
Este triunfo catapulta de nuevo la humildad, valor en peligro de extinción en este deporte. Fomenta otras características que no tienen hoy en día los ganadores. De antemano, este es un equipo compuesto por jugadores rechazados de otros equipos, con un pasado lleno de adversidades y un entrenador por el que nadie daba un peso al inicio de la campaña.
Ahora son dioses con aficionados devotos en todo el mundo. Sus playeras se han agotado y los ingresos económicos para la próxima campaña tendrán un aumento del 70%. La responsabilidad, sin duda, será otra. El equipo de la ciudad donde las cosas siempre eran igual, nunca será el mismo, en sus hombros carga con el peso de su propio éxito.
GIPHY App Key not set. Please check settings