Después de muchos meses de incertidumbre, finalmente Isco llegó a un acuerdo con el Real Madrid para ampliar su contrato hasta 2022.
La pasada temporada, cuando el malagueño no tenía muchos minutos, salieron los rumores de una posible salida.
Muchos clubes se interesaron por Isco: el Manchester City y el Barcelona mostraron el mayor interés por llevárselo a sus filas por un precio mucho menor.
Pero después de que Bale se lesionara al final de la pasada temporada e Isco surgiera como una pieza clave para el doblete, el debate se acabó. Florentino tenía que hacer todo lo necesario para renovarlo, y así fue.
El club no quiere padecer un caso como el de Neymar y blindó a Isco con una cláusula de rescisión de 700 millones de euros.
Esta temporada ha continuado como una pieza clave para Zidane y Lopetegui, y con el mal inicio de Bale, todo indica que la titularidad la tiene asegurada, por lo menos hasta ahora.
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