Omar el “Gato” Ortiz, ex jugador, portero de equipos como Monterrey, Celaya, Chiapas y Atlante fue arrestado el 7 de enero de 2012 por presuntos nexos con una banda delictiva, en la cual fungía como informador de secuestradores.
Félix Fernández, su otrora colega, ahora periodista con una pluma excepcional, lo visitó en el Centro de Readaptación Social de Cadereyta, Nuevo León y le realizó una entrevista que fue publicada en forma de crónica en Cancha, la sección deportiva de los diarios del Grupo Reforma, en la cual expone la impotencia que tiene el ex portero por no conocer su sentencia.
“Hoy no tengo la menor duda, la libertad y el tiempo van de la mano, es por ello que dentro de una prisión duele tanto la falta de una como del otro. Pero si al no tener libertad ni conocer el tiempo se le agrega la falta de una sentencia, como es el cas de Omar `Gato´ Ortiz, ex arquero profesional y seleccionado mexicano, recluido en el cereso de Cadereyta, la vida deja de tener un por qué y un para qué a penas llegado el amanecer”, escribió Fernández.
También rememoró la etapa en la que militaron juntos en el Celaya:
“Pasé 6 meses junto al `Gato´ Ortiz en Celaya a principios de 2002. Encontré a un compañero de físico imponente, alegre, muy trabajador, talentoso, noble, bebedor, inmaduro y explosivo con quien compartí habitación, vestidor posición. Hoy he visto, tras las rejas del Cereso en Cadereyta, a un ex compañero de físico aún imponente, derrotado, contradictorio, confundido, desinformado, triste y destruido. No es para menos, cuatro años en una cárcel sin conocer siquiera su condena deben ser motivo suficiente para cambiar radicalmente la personalidad hasta del más optimista.
“El `Gato´ era tan inquieto que tras aquel último partido del Verano 2002 en que perdimos por goleada ante La piedad, se cobró de propia mano los insultos que la gente le lanzó durante el juego liándose a golpes en el estacionamiento del estadio. Pero tras esa noche de juerga con el equipo en el festejo por la salvación, desafió y golpeó a la policía, se dio a la fuga y apareció, al siguiente día, en la portada del diario local de una manera única e irrepetible: esposado de un lado de la primera plana y reconocido como el mejor jugador del equipo en el otro costado”.
Fue en 2010 cuando Ortiz dio positivo en una prueba de dopaje tras un partido de Copa Libertadores y lo sancionaron dos años. Los Rayados de Monterrey le rescindieron su contrato y declaró que fueron varias veces en las que le hicieron la misma prueba en la liga mexicana y nunca dio positivo, aceptando que ya tomaba los anabólicos prohibidos.
“Sus amigos le han dado la espalda, sus ex compañeros también, al igual que sus hermanos y su esposa. Únicamente sus 6 hijos, su madre y Fausto, un amigo no futbolista, le visitan periódicamente los fines de semana. Quizá el carácter tan especial, quizá el delito de secuestro por el que se le acusa, quizá la lejanía y complejidad para visitarle, pero lo cierto es que dentro de la cárcel no solamente la libertad se limita, la comunicación se restringe y el tiempo se detiene. También el olvido es protagonista”.
Félix Fernández es colaborador del Grupo Reforma y es autor de libros como: Guantes Blancos, Personajes de futbol y Entre balones y Valores.
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