Rafa Márquez anunció esta semana que se está gestando la creación de una Asociación de Futbolistas. Excelente noticia para un gremio exento de una defensa legítima y solidarización. Desde hace 70 años, cuando se llevó a cabo el primer intento de formar una Asociación o Sindicato, todos los intentos posteriores han fracasado, más por la poca inconsciencia y apatía del futbolista, que por las presiones de los dirigentes de los equipos y la Federación.
“Las cosas, como son, esto tiene que acabar, estamos en un proceso en donde tratamos de solidificar algo importante para después ir con los jugadores y que se junten, que ya no tengan miedo de que ya no van a jugar, de que los puedan congelar, es un proceso, es algo que tiene ser muy seguro, porque quien rige y quien manda, quien hace esta Liga, son los que al final también son los que manejan un poco el país en México, no nos podemos pelear con ellos, tenemos que dialogar con ellos, tratar de que sea algo más sano y más parejo, más justo para todos nosotros”, declaró Márquez.
Esta declaración me hizo recordar algo que me comentó en una entrevista José María Huerta, ex jugador del Necaxa y fundador del último Sindicato de Futbolistas en México, mismo que desapareció meses después por apatía y temor: “Lo que pasa es que ellos están unidos, y ese es un buen ejemplo que el futbolista debe seguir. La unión hace la fuerza, pero la fuerza para hacer el bien, no para hacer el mal. Es bien importante que conozcan los medios de comunicación y el gremio futbolístico que nosotros debatimos de una manera diferente, estamos comentando que fuimos un Sindicato con necesidad, no por invención ociosa. Nosotros estábamos buscando el desarrollo integral del futbolista, el hecho de que el futbolista esté bien en todas las partes. Que sea mejor persona para que después sea mejor profesional, esa es la cuestión. Nuestra intención no era cerrar empresas futbolísticas, porque sabemos que se forma el binomio perfecto entre futbolistas y clubes”.
Huerta luchó por años para que se creara Futbolistas Agremiados de México, la historia es larguísima por todas las trabas a nivel legal que se les presentaron – ¿impusieron? – y desapareció en 2007 por la escasa convocatoria que tuvieron las asambleas.
Los futbolistas – una gran cantidad – desde su etapa como amateurs han sufrido abusos por parte de los directivos y en todos sus intentos no han logrado establecer una fuerza – llámese Asociación o Sindicato – para protegerse, tener el apoyo para que su palabra tenga algún valor a la hora de negociar con los dirigentes. La élite, los jugadores con más peso, nunca han tomado la bandera para liderar una unión en su gremio, se han escondido en la comodidad de sus salarios y poco les ha importado lo que padecen otros cientos de sus colegas.
En esa misma ocasión, el otrora defensa central del Necaxa me afirmó: “Nosotros como futbolistas tenemos una escala de valores mal fundamentada, esta escala de valores trae consecuencias negativas, entonces, la conclusión es negativa. No hay conceptos de grupos, sólo hay conceptos individualistas. Hay mucho materialismo. En el primer escalón de la escala de valores de un futbolista hoy en día está el dinero, después puede estar la familia, la preparación y hasta el último la dignidad”.
Nada me daría más gusto que se conformara una Asociación de Futbolistas liderada por Rafael Márquez. El problema es que después de saber qué ha pasado en tantas otras ocasiones, es complicado pensar que esta vez se puede tener éxito. Yo los invito a esperar a ver si se suman otros “cabecillas” del futbol mexicano a la iniciativa de Márquez y a partir de ahí, dejarse entusiasmar por la ilusión.
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