in ,

Liga MX femenil: la cancha también es de nosotras

Por: Sofía Lozano

A mis 10 años ya era una rayada apasionada, que se vestía de albiazul cada sábado y domingo sin importar el resultado de mi equipo en la jornada. Mi amor por la camiseta me enfrentó con señores cruzazulinos, americanistas y laguneros que se sentaban cerca de mí en el Estadio Tecnológico y se sentían con la libertad de ofender a la pandilla en su propia casa; también casi logro el odio de mi hermana, quien por meses me escuchó cada noche antes de dormir repasar el nombre y número de la plantilla completa para asegurarme que ya conocía a todos en la cancha. El futbol, sin importar mi sexo y género, me ha hecho disfrutar, enojar, gritar, llorar, reír y festejar en incontables ocasiones; me ha hecho resistir distintos climas y temperaturas a cambio de 90 minutos lejos de la rutina.

Mi padre, fue quien me acercó al balompié, de él herede mi pasión por los rayados y mi amor por el deporte más popular del mundo. Se supone que el futbol es el deporte de las masas pero me tomó 10 años darme cuenta que, como mujer, soy la minoría de tal “masa” y que en cierta forma no pertenecía a la hinchada en la tribuna.

Las masas son miles de ellos y unas cuantas de nosotras. El futbol – y en general los deportes – es un mundo dominado por ellos y planeado para ellos. La mayoría de la afición, las figuras, los periodistas deportivos, los entrenadores, sus cuerpos técnicos, los árbitros, los médicos, los dirigentes de los clubes y líderes de organizaciones del mundo del futbol son un montón de él, él y más él. El deporte de las masas excluye a las mujeres.

Como aficionada es difícil interesarte en el juego cuando no logras identificarte con alguien en la cancha, ni sentirte representada en un panel de analistas de un programa deportivo. Te resulta incómodo estar en el estadio cuando ves como los hombres se decantan por las mujeres convertidas en porristas y vestidas de edecanes, y se sienten con el derecho de observar y gritarle a esos cuerpos ajenos que caminan por la cancha o por la grada mientras buscan un asiento para disfrutar el juego.

Como jugadora –amateur o profesional- también es difícil acercarte y desenvolverte a un campo en el que sientes que no perteneces, pues has crecido pensando que tu cuerpo es frágil y que un balón puede lastimarte. No es fácil seguir jugando cuando esto te lleva a ser señalada y estereotipada como la “ruda” “marimacha” “intensa”, es casi imposible insistir cuando tu mamá ya te ha dicho que ese juego no es para niñas y que de este no vive una mujer.

Hasta ahora ser aficionada o jugadora del futbol mexicano ha significado no pertenecer enteramente a este deporte, ser una observadora externa del juego de los hombres. La creación de la Liga Mx Femenil no solo es lo más justo sino lo necesario, es un paso a la igualdad y a una mayor representación de las mujeres en el deporte más importante del país y del mundo. Es aspirar a que se transmitan más partidos femeniles y es soñar con que un día desparezcan las mujeres en poca ropa en las contraportadas de los periódicos deportivos y aparezcan como atletas gloriosas en la primera plana. Es acercarnos al talento de muchas mujeres y regalarnos más figuras como la de Marigol. Es darle la oportunidad a una niña que ya juega con un balón de encontrar a una heroína que sí se parece a ella. Es permitir que el futbol y los estadios sí sean de todos y de todas, es romper con la tradición y desafiar el “siempre” y lo “natural” del juego; después de todo las masas son un montón de individuos con cuerpos y vidas diferentes pero unidas por una misma pasión.

Una liga de futbol femenil en México es permitir que las niñas y mujeres mexicanas se apropien del espacio en el campo, en el que se les ha negado a jugar en igualdad. Es enseñarnos que una cancha y un balón también pueden ser dominados por el otro sexo y recordarnos que después de todo el futbol no tiene género.

What do you think?

Written by Staff

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *

GIPHY App Key not set. Please check settings

Los Spurs no se rinden

¡Una Fiera muy Fiera!