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Crónica de un partido que no vi

Dicen – porque me contaron, yo no estuve ahí – que el pasado viernes 12 de febrero en la Final de la Liga de Futbol Rápido del Auditorio Municipal de Teziutlán, Puebla, se vivió uno de los partidos más emocionantes que se han visto en esa cancha. El Fres, equipo líder del torneo, con el cuadro más completo y temible se enfrentó al EMEDM (El mejor Equipo del Mundo, por sus siglas en español), que circunstancialmente había llegado a aquellas instancias.

La liga, me informaron, carente de formalidad durante todo el torneo, decidió formalizar su partido más importante al grado que pusieron butacas nuevas, obligaron a los equipos a usar una misma camiseta con números en la espalda para distinguir a los jugadores y presentarlos con el sonido ambiente que también utilizaron sorpresivamente para amenizar el encuentro. Tampoco hicieron todo esto en vano, ya que tuvieron la ocurrencia de cobrar la entrada a 10 pesos.

Contaron alrededor de 200 asistentes, la mayoría iba a apoyar a El fres, el equipo favorito. Sin embargo, el EMEDM no estuvo completamente huérfano de afición, dicen que llegó el Tony “Mojarras” acompañado de su hielera con dos chelas y un tarro, porque “así sabe mejor”, me lo ha dicho; también asistieron la mamá y hermana de un defensa central, la esposa e hijas del otro defensa central, la mamá del portero y la hermana del goleador.

Cuando presentaron a los jugadores de cada equipo, desde las gradas abuchearon a los jugadores de El Mejor Equipo del Mundo, a Mauricio, Pipo, Rafa, Jaime, Andrés, Gabriel y “El Bony”, a todos por igual, pero a Pipo no le afectó, ya que asegura, lo declaró una y otra vez, que él cuando entra a la cancha no escucha nada. Sus nervios son de acero.

El partido comenzó muy cuesta arriba para el EMEDM, les anotaron dos goles en los primeros minutos y no sabían como parar a “El Chicharo”, un contrario que describen como “el Neymar teziuteco”. Ajustaron con un cambio, salió Mauricio y entró Rafa, éste anotó los dos goles del empate, Gabriel cobró un Shoot out y se remontó el partido. Se comenzaba a gestar la proeza. 3-2

Pero como en el primer tiempo, el equipo que la mayoría quería que perdiera, salió desconcentrado y los empataron. 3-3 se leía en el marcador. Minutos antes de que terminara el partido, Pipo trató de interceptar un balón largo por aire, el rival se percató, cubrió el balón de manera correcta y el que noseponenervioso le cometió falta. La quinta falta. Shoot out. 4-3.

Borrachos de alegría, seguros de tener el juego en la bolsa con pocos minutos en el reloj, no se percataron que El Mejor Equipo del Mundo no estaba muerto y les anotaron en la primera jugada después del saque. 4-4.

Tiempo de compensación: el EMEDM reventó un balón que le cayó en media cancha a Rafa, se la pasó a Mauricio que estaba en la banda y corrió al espacio entre los defensas, Mauricio esperó a que Rafa hiciera el movimiento y se la mandó justo donde tenía que hacerlo – a estos dos jugadores, dicen, pareciera que el tiempo de amistad les ha dado una noción implícita sobre su posición en la cancha – y anotó, “a lo Chicharito”, según comentaría después. 5-4. Pitazo final.

El Mejor Equipo del Mundo campeón. Un silencio atronador. Los campeones levantaron sus brazos, se miraron y corrieron a su banca a abrazarse, Jaime utilizó una botella de agua para regarla como una de champaña por todos lados hasta que se terminó, los gritos de los pocos familiares que fueron a verlos se comenzaron a escuchar y Los organizadores procedieron con la ceremonia de premiación.

-“Para sorpresa de todos, el EMEDEM – leyó literalmente el maestro de ceremonias improvisado – campeón de la fuerza mayor de la Liga de Futbol Rápido del Auditorio Municipal de Teziutlán, Puebla”.

-“Nunca había sentido tan bonito, nunca había sido campeón de nada”, confesó Jaime.

-“Fue el mejor momento de mi vida”, aseguró Mau.

-“No teníamos nada que perder, nadie creía en nosotros, nadie nos apoyaba y por primera vez hubo sensatez en el equipo, callamos el Auditorio, el Azteca de Teziutlán, dijo Pipo sorprendido.

-“Cuando pitó el árbitro no me la creía, pensé que había pitado porque el balón había salido, pero después vi a todo el equipo juntos y festejando. Sabía que nos merecíamos este partido y pues me sentí feliz al ver a todos festejando. Es un triunfo dedicado a todos los veteranos del equipo, que ya se merecían un título”, relató Rafa.

-“Cuando llegamos nos sorprendimos del ambiente que se vivía en el Auditorio, era mucha presión, las expectativas eran poco alentadoras. La joya del equipo, el james – Jaime – se quejaba de sus dolencias físicas y nuestro delantero estrella venía de una semana difícil llena de vicios propiciados por el James. Hace mucho tiempo que el futbol no me regalaba una alegría tan grande como la de ese viernes, y que además es mucho más grande cuando es a lado de los amigos”, declaró Gabriel.

Cuando por fin todo terminó, El Mejor Equipo del Mundo junto con Tony, su fiel seguidor, se dirigieron tres cuadras abajo de aquel recinto y se compraron sus tradicionales chelas. De a cincuenta por chompa, como siempre. Se fueron a casa de Mau y Jaime, se sentaron en una sala con las sillas más incómodas del mundo y jugaron de nuevo el partido, cada quien a su manera, cada quien desde su punto de vista.

Esa Final la recordarán como la noche que lograron lo imposible, y no se refieren a que no se emborracharan, porque eso hubiera sido lo normal, dicen.

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Written by Miguel Lapuente

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