El Chelsea dejó escapar un buen resultado por la ida de los octavos de final de La Uefa Champions League. Tras ir arriba en el marcador, el resultado final fue de un gol por uno.
En un partido que tuvo como único dueño del balón al Barcelona (75%-25% la posesión en el primer tiempo), el equipo blue fue el que tuvo las ocasiones de peligro más claras. En la etapa inicial fueron hasta tres las oportunidades concretas de gol que tuvo el equipo de Londres: Dos travesaños de Willian y una volea por parte de Hazard que se fue apenas arriba del arco defendido por Ter Stegen. En cuanto al Barcelona, un cabezazo desviado por parte de Paulinho fue lo más relevante.
Fue un encuentro bastante peleado en el medio del campo. El Chelsea, de la mano de Antonio Conte, propuso un planteamiento bien compacto mediante una alineación 5-4-1 con mínimos espacios entre líneas, cuyo objetivo fundamental era congestionar la mitad del terreno de juego y con ello, dificultar la elaboración de Messi como actor principal, pero sin descuidar otros elementos como Iniesta, alguna pincelada de parte de Rakitic o Busquets a través de un pase filtrado, etc.
El D.T. italiano acertó en la lectura de las capacidades y deficiencias de los intérpretes del Barca. Entendió que salvo Jordi Alba, no existen mayores peligros al momento del ataque azulgrana por medio de las bandas, ya que Sergi Roberto no es Dani Alves, Neymar ya no está y Paulinho no cuenta con una capacidad de desborde adecuada por contar con otras características como jugador. En resumen, el Barcelona de hoy vio anulado sus elementos externos debido, por un lado, a no contar con los autores más adecuados, y por otro, gracias al planteamiento táctico del técnico italiano.
Con un Hazard poco protagonista, el encargado de tomar la batuta ofensiva del Chelsea fue el extremo brasileño Willian, quien se mostró bastante incisivo en el ataque y que varias veces vio frustrado su grito de gol, hasta que al minuto 61 tuvo su revancha con las redes.
Al Barcelona le fue sumamente difícil penetrar los últimos tres cuartos de cancha del Chelsea durante todo el encuentro, y en especial en la búsqueda del empate. Solo mediante la capitalización de un error, cuyo responsable es el joven central Christensen, fue que se les hizo posible sumar en el marcador a través de Messi al minuto 74. Esa única desatención es la causante de la no consolidación de una excelente labor ejecutada por la línea defensiva del equipo blue a lo largo del partido.
Sin duda la eliminatoria se encuentra bastante abierta a pesar de la ventaja que significa ese gol de visitante por parte del Barcelona. El Chelsea tendrá que sobreponerse a dicho tanto encajado rompiendo con ese dogma netamente defensivo que le caracteriza, y no conforme con ello, en el Camp Nou.
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