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La NBA se cae a pedazos

Bueno, sólo sus jerseys

Ya pasó más de un mes de acción en la temporada 2017-2018 de la NBA y las sorpresas, buenas y malas, no han dejado de aparecer.

Desde la horrible y lamentable lesión de Gordon Hayward en los primeros minutos del partido inaugural con su nueva escuadra, hasta la contundente victoria del Thunder contra los Warriors, pasando por el impresionante inicio de temporada de Ben Simmons con los 76ers y el logro de Lonzo Ball en convertirse el jugador más joven en obtener un triple doble.

Sin embargo, tal vez una de las sorpresas menos esperadas es la que tiene que ver con los nuevos jerseys. Y no, no me refiero a los logos de patrocinadores que aparecieron por primera vez en este torneo, marcando un hecho sin precedentes en la NBA.

Estoy hablando de la increíble facilidad con la que se rompen los uniformes de los jugadores y que han dejado en ridículo a Nike en su primer año de los ocho que firmó con la Liga para ser el nuevo proveedor oficial, reemplazando a Adidas.

La compañía de ropa deportiva más grande del mundo fabrica las prendas de “alta tecnología” con el material “Alpha Yarns”, cuya consistencia incluye un porcentaje hecho a base de poliéster reciclado o botellas de plástico, en pocas palabras.

Contando la pre temporada, ya van seis casos en total donde su pésima calidad ha quedado expuesta, pues, para la mala suerte de la marca de la “palomita”, los jugadores a los que les ha sucedido este “error de vestuario” son algunos de los más famosos en la Liga.

Todo empezó con Tyler Ennis en octubre 1, cuando el integrante de los Lakers “perdió” un número en la parte trasera de su uniforme durante un juego de pre temporada contra Timberwolves.

Probablemente Nike pensó que este caso había pasado desapercibido y que no llegaría a mayores consecuencias, pero su “suerte” duró muy poco pues el 18 de octubre, en el juego inaugural entre Celtics y Cavaliers, fue nada más y nada menos que LeBron James a quien le tocó jugar con un jersey roto.

De ahí le siguieron Draymond Green el 27 de octubre y Ben Simmons el 3 de noviembre. Sí, muchos podrán decir que estos dos casos fueron durante un forcejeo violento  y una acción abajo del aro, respectivamente, sin embargo, estas situaciones son el “pan de cada día” para los jugadores y anteriormente no se había visto que pasara algo así con tanta facilidad.

El colmo llegó el 5 de noviembre, cuando Kevin Love, estando en la banca, se intentó quitar el jersey y sin mucho esfuerzo lo rompió de la parte trasera, es decir, ni siquiera se encontraba jugando, no recibió un contacto del oponente, simplemente intentó quitarse el uniforme y fue suficiente para que resultara inservible.

Por último, el pasado 12 de noviembre Thaddeus Young se encontraba teniendo una pésima actuación en el juego y estiró su jersey del cuello como gesto de frustración, ¿el resultado? Una apertura al más puro estilo de Hulk Hogan.

Claro que Nike ya salió a dar sus declaraciones en público para disculparse por esos “casos aislados” y asegurar que trabajarán para evitar que vuelva a suceder, obviamente diciendo que para ellos lo más importante es el jugador y la calidad de sus productos.

No sé ustedes, pero personalmente creo que esto no se terminará pronto y a pesar de que este cambio de proveedor para la NBA llegó con la implementación de nuevos uniformes edición “Statement”, una tercera variable a las clásicas versiones de local y visitante, no pienso que sea suficiente para “salvarse de la hoguera” que pueden ser las redes sociales en estos tiempos.

Más allá de preocuparse por la imagen que pueden dar a sus consumidores, la famosa marca deportiva también debería tener en cuenta la reputación que mantiene con los jugadores, pues ellos mismos se han quedado sorprendidos y decepcionados por la pésima calidad de su “ropa de trabajo”.

Aunque muchos han atribuido estos “accidentes” al material reciclado con el que son hechos los jerseys, lo cierto es que Nike utilizó una tecnología similar para los uniformes de las Olimpiadas en el 2016 y no se presentaron casos de este tipo.

¿Qué piensan ustedes acerca de esta lamentable “primera impresión” de Nike con la NBA? ¿Deberíamos seguir poniendo atención a este tema o dejarlo por la paz y preocuparnos solamente por el desempeño de los equipos y sus jugadores? ¿Les gustaría que Adidas volviera a ser el proveedor oficial de la Liga?

What do you think?

Written by Kevin Charles

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