Después de tres espectaculares temporadas juntos, las dos estrellas de Cavaliers vuelven a ser rivales.
¡Por fin sucedió lo inevitable! Todos sabíamos que Kyrie Irving no iba a pertenecer a los Cavaliers de Cleveland la siguiente campaña de la NBA, pero muy pocos nos imaginábamos a dónde iba a parar.
Desde que el point guard tricampeón en la Conferencia Este hizo público su deseo de abandonar el equipo hace unas semanas, los rumores y especulaciones inundaron las redes sociales adivinando los posibles destinos para Kyrie.
Finalmente, el pasado martes 22 de agosto se hizo oficial el intercambio por nada más y nada menos que Isaiah Thomas, la súper estrella de los Celtics de Boston, equipo que precisamente perdió la última Final de Conferencia y posiblemente la única quinteta que le podía dar competencia seria a LeBron James y compañía.
A pesar de que a muchos les sorprendió la decisión de Kyrie por pedirle a la directiva de Cavaliers que lo cambiara de equipo a como diera lugar, no es difícil entender la frustración que ha de sentir este jugador al estar siempre “eclipsado” por la presencia de “King” James. Sin mencionar que él podría ser la estrella y líder de cualquier otro equipo, sin problemas.
Por más poderío ofensivo que derrochaban en la duela, también hubo algunas ocasiones durante los momentos de más presión para su equipo donde se notaba que el “23” y “2”de Cleveland no estaban en la misma página y las consecuencias generalmente eran negativas para el conjunto de Ohio.
Los aficionados, contrario a lo que normalmente acostumbran, no quemaron el jersey de Kyrie y en cambio lo despidieron en Twitter de una manera respetuosa y muy merecida (no olvidemos que él anotó la canasta más importante en la historia de Cavaliers), incluso el mismo LeBron escribió en esa red social palabras de admiración y gratitud, pero eso no cambia el hecho de que ahora estos dos jugadores pasaron a ser parte de la reciente y creciente ola de “divorcios” en la NBA.
Sin duda, la “ruptura” más sonada hasta antes de ésta era la de Kevin Durant y Russell Westbrook. Los dos increíblemente talentosos jóvenes eran algo así como la pareja ideal de la liga cuando jugaban en Oklahoma, y aunque no pudieron conseguir el trofeo en la única oportunidad que tuvieron (perdieron la final del 2012 contra el Heat de Miami y otra de las mejores parejas de los últimos tiempos: LeBron James y Dwayne Wade), sí lograron crear la esperanza de que tanto trabajo y esfuerzo algún día tendría que resultar en la gloria absoluta.
El final de esta historia ya la conocemos todos: Kevin Durant se va a los Warriors de Golden State donde finalmente cumple su sueño de ser campeón, Westbrook tiene una temporada monstruosa y termina siendo el MVP, pero ambos ex compañeros cayeron en una “guerra” de insultos, chismes, rumores y hasta “roasts” de Payton Manning en la última edición de los ESPYS.
Recuerdo la absurda cantidad de curiosidad y morbo previo al Juego de Estrellas donde se iban a reencontrar en la duela como parte de un mismo equipo y que culminó con un alley oop para la historia donde volvió el balance al universo de la NBA, aunque fuera por unos segundos.
Que quede claro que no condeno para nada las decisiones de separarse, sin embargo, como aficionado duele ver que una dupla con mucho potencial y que puede brindar tantas alegrías termine separándose y, peor aún, quedando en malos términos, invadidos por celos, egoísmos y resentimientos.
Al final del día, el basquetbol, como los demás deportes, no está exento a este tipo de movimientos y por supuesto que estas “rupturas” no son nada nuevas en la NBA, así que los fanáticos ya deberíamos estar acostumbrados a que nos “rompan el corazón”.
Con reserva a que pase algo fuera de serie en el tiempo que falta para que comience la próxima temporada, podemos decir que las nuevas parejas de la NBA ya están listas para el “baile de Graduación”: Russel Westbrook y Paul George en Oklahoma, James Harden y Chris Paul en Houston, Kyrie Irving y Gordon Hayward en Boston y LeBron James e Isaiah Thomas en Cleveland.
¿Quiénes se convertirán en los nuevos reyes del baile? ¿Quiénes darán más frutos y durarán más hasta que vuelva a ocurrir el inevitable “divorcio”? ¿Habrá otro alley oop épico en el Juego de Estrellas entre LeBron James y Kyrie Irving? ¿Podrá alguien en Boston convencer a Kyrie de que la Tierra sí es redonda? ¿Algún día Durant y Westbrook volverán a estar juntos? ¿El amor real existe o es simplemente un invento de la mercadotecnia?
Lo único que puedo decir es que me urge que llegue el 17 de octubre para ver el inicio de la nueva temporada de este Reality Show, digo, de la NBA, que, por cierto, arranca con el duelo entre Celtics y Cavaliers.
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